Cómo bien es sabido Big Data esta
reservado a unos pocos, el análisis de grandes volúmenes de datos
requiere software e infraestructura que soporte este tipo de procesos.
Sin embargo, lejos de ser una mala noticia para la pequeña y mediana empresa es una aspiración, a la que quizás, se pueda llegar si se empieza la andadura usando ´Little data´: conocimiento del cliente que permite la proximidad.
En un mundo global donde lo personalizado es la garantía de éxito, además, del marketing y la publicidad, son los datos que genera la propia actividad la clave para que un negocio aumente su rentabilidad.
Es tal la cantidad de información que debe gestionar cualquier negocio, que en muchas ocasiones ocuparse de las partes, en lugar del todo, da muy buenos resultados; centrase en una serie de datos para ir alcanzado objetivos que sea medibles y cuantificables.
Las empresas que venden a través de la red conocen nuestros datos personales, nuestros gustos, si somos o no sensibles a la publicidad, nuestros hábitos de compra, el medio de pago que utilizamos, etc.; pero no tienen acceso a la información de proximidad, es decir, los datos que se generan cuando la compra es presencial y personalizada.
Cualquier empresa o comercio puede realizar un cuadro de mandos con 10 indicadores, como por ejemplo:
- Número de personas que entran.
- Número de personas que pagan con tarjeta y tipo.
- Días de mayor venta.
- Horas de mayor venta.
- Número medio de productos por ticket.
- Gasto medio por ticket.
- Productos más vendidos.
- Productos más rentables.
- Número de ventas no realizadas por falta de stock.
- Número devoluciones/ incidencias.
Pero además se puede monitorizar información cómo: gustos y aficiones, preferencias, entorno….
Aprovechar todos los datos, la información tanto externa como interna para ponerla al servicio de la empresa para captar y fidelizar clientes. Crear una base datos donde introducir de manera sistemática los datos que vayamos recogiendo.
Las acciones que se realicen servirán para retroalimentar nuestra base de datos: impacto, coste, beneficio, que sirvan de base para la toma decisiones.
El conocimiento es fundamental, la diferencia competitiva basada en el conocimiento de tu cliente, información relevante, exclusiva de tu negocio.
La esencia en frasco pequeño, un dato una joya.
Sin embargo, lejos de ser una mala noticia para la pequeña y mediana empresa es una aspiración, a la que quizás, se pueda llegar si se empieza la andadura usando ´Little data´: conocimiento del cliente que permite la proximidad.
En un mundo global donde lo personalizado es la garantía de éxito, además, del marketing y la publicidad, son los datos que genera la propia actividad la clave para que un negocio aumente su rentabilidad.
Es tal la cantidad de información que debe gestionar cualquier negocio, que en muchas ocasiones ocuparse de las partes, en lugar del todo, da muy buenos resultados; centrase en una serie de datos para ir alcanzado objetivos que sea medibles y cuantificables.
Las empresas que venden a través de la red conocen nuestros datos personales, nuestros gustos, si somos o no sensibles a la publicidad, nuestros hábitos de compra, el medio de pago que utilizamos, etc.; pero no tienen acceso a la información de proximidad, es decir, los datos que se generan cuando la compra es presencial y personalizada.
Cualquier empresa o comercio puede realizar un cuadro de mandos con 10 indicadores, como por ejemplo:
- Número de personas que entran.
- Número de personas que pagan con tarjeta y tipo.
- Días de mayor venta.
- Horas de mayor venta.
- Número medio de productos por ticket.
- Gasto medio por ticket.
- Productos más vendidos.
- Productos más rentables.
- Número de ventas no realizadas por falta de stock.
- Número devoluciones/ incidencias.
Pero además se puede monitorizar información cómo: gustos y aficiones, preferencias, entorno….
Aprovechar todos los datos, la información tanto externa como interna para ponerla al servicio de la empresa para captar y fidelizar clientes. Crear una base datos donde introducir de manera sistemática los datos que vayamos recogiendo.
Las acciones que se realicen servirán para retroalimentar nuestra base de datos: impacto, coste, beneficio, que sirvan de base para la toma decisiones.
El conocimiento es fundamental, la diferencia competitiva basada en el conocimiento de tu cliente, información relevante, exclusiva de tu negocio.
La esencia en frasco pequeño, un dato una joya.
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