Sin lugar a dudas las redes
sociales ejercen un fuerte impacto sobre la actividad económica y
social, son para muchos usuarios el sitio de referencia para
entretenerse, informarse, comprar e interactuar con otros usuarios.
Hecho que incide directamente en la cuenta de resultados de las grandes
compañías como Google o Facebook que facturan más del 80% de los
ingresos por publicidad digital en España.
A nivel mundial más de 50 millones de empresas usan Facebook Business Pages. Según Forbes , Facebook reportó un crecimiento del 47% en los ingresos con respecto al mismo período del año pasado, aproximadamente 17,4 mil millones de dólares en el primer semestre de 2017.
Sin embargo en este contexto Unilever, uno de los principales fabricantes de bienes de consumo ha amenazado recientemente con retirar la publicidad de las plataformas tecnológicas como Facebook, Youtube o Google, si estas no toman más medidas para combatir la difusión de noticias falsas, discursos de odio y contenidos que causen división, en tanto que los usuarios/ consumidores comienzan a desconfiar sobre la veracidad de la información que aparece publicada en redes sociales.
La fake news o falsas noticias siempre han existido, pero los modelos de negocio de Google y Faceebook permiten difundirlas en muy poco tiempo y con un alcance mundial, lo que provoca que sea un problema para las empresas, para el Estado y para la sociedad. La desinformación conlleva consecuencias verdaderas, pérdidas económicas, movimientos sociales y toma de decisiones erróneas.
Por ejemplo, durante los períodos electorales se puede cuantificar el aumento de cuentas en Facebook sospechosas de difundir información falsa, de forma que 26 cuentas ficticias pueden influenciar a más de 3 millones usuarios, tal y como ocurrió en decisiones de trascendencia mundial, como las elecciones de Estados Unidos y Cataluña, el Brexit en Reino Unido o el plebiscito por la paz en Colombia.
Se estima que hay 83 millones de perfiles falsos en Facebook (fuente CNN), cuán importante es la información sí se traduce en poder, la información manipulada busca inclinar la opinión a favor de intereses particulares.
En este sentido los medios de comunicación buscan recuperar cuotas de mercado, con argumentos como: la comprobación de la veracidad de la información, la responsabilidad frente a los contenidos ofrecidos y medios y técnicas profesionales que inspiren confianza y seriedad.
Algunas voces piden controles para evitar la difusión de información falsa o tóxica, existen herramientas y webs que buscan informar sobre bulos, noticias falsas, imágenes manipuladas, etc.: Maldito Bulo, Tineye, B.S. Detector, FactCheck.org, Cazahoax, Hoaxy, Stopbulos, Snopes, Chequeando, Fast Check Google entre otros.
Pero la utilización de estas, así como su incidencia para aplacar que la mentira se propague es, además de escasa, poco efectiva puesto que suele difundirse una vez que el impacto ha sido tal que se hace necesaria la difusión de la verdad.
Estamos en un punto de inflexión de esta historia, con un final abierto, ¿cómo acabarías tú el cuento?
A nivel mundial más de 50 millones de empresas usan Facebook Business Pages. Según Forbes , Facebook reportó un crecimiento del 47% en los ingresos con respecto al mismo período del año pasado, aproximadamente 17,4 mil millones de dólares en el primer semestre de 2017.
Sin embargo en este contexto Unilever, uno de los principales fabricantes de bienes de consumo ha amenazado recientemente con retirar la publicidad de las plataformas tecnológicas como Facebook, Youtube o Google, si estas no toman más medidas para combatir la difusión de noticias falsas, discursos de odio y contenidos que causen división, en tanto que los usuarios/ consumidores comienzan a desconfiar sobre la veracidad de la información que aparece publicada en redes sociales.
La fake news o falsas noticias siempre han existido, pero los modelos de negocio de Google y Faceebook permiten difundirlas en muy poco tiempo y con un alcance mundial, lo que provoca que sea un problema para las empresas, para el Estado y para la sociedad. La desinformación conlleva consecuencias verdaderas, pérdidas económicas, movimientos sociales y toma de decisiones erróneas.
Por ejemplo, durante los períodos electorales se puede cuantificar el aumento de cuentas en Facebook sospechosas de difundir información falsa, de forma que 26 cuentas ficticias pueden influenciar a más de 3 millones usuarios, tal y como ocurrió en decisiones de trascendencia mundial, como las elecciones de Estados Unidos y Cataluña, el Brexit en Reino Unido o el plebiscito por la paz en Colombia.
Se estima que hay 83 millones de perfiles falsos en Facebook (fuente CNN), cuán importante es la información sí se traduce en poder, la información manipulada busca inclinar la opinión a favor de intereses particulares.
En este sentido los medios de comunicación buscan recuperar cuotas de mercado, con argumentos como: la comprobación de la veracidad de la información, la responsabilidad frente a los contenidos ofrecidos y medios y técnicas profesionales que inspiren confianza y seriedad.
Algunas voces piden controles para evitar la difusión de información falsa o tóxica, existen herramientas y webs que buscan informar sobre bulos, noticias falsas, imágenes manipuladas, etc.: Maldito Bulo, Tineye, B.S. Detector, FactCheck.org, Cazahoax, Hoaxy, Stopbulos, Snopes, Chequeando, Fast Check Google entre otros.
Pero la utilización de estas, así como su incidencia para aplacar que la mentira se propague es, además de escasa, poco efectiva puesto que suele difundirse una vez que el impacto ha sido tal que se hace necesaria la difusión de la verdad.
Estamos en un punto de inflexión de esta historia, con un final abierto, ¿cómo acabarías tú el cuento?
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