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La bola de cristal es rectagunlar

Hoy Cataluña decide, pero todos queremos conocer con anterioridad los resultados; las previsiones dan para muchos debates y construcción de escenarios, sin embargo, los métodos predictivos no están obteniendo los resultados esperados, véase por ejemplo las predicciones realizadas para Trump, el Brexit, el sorpaso de Podemos al PSOE, la elección del candidato socialista, etc.
Las campañas de comunicación de los partidos se han extendido a las redes sociales; que buscan, a partir de perfiles identificados, influenciar en el elector; enviando mensajes específicos en momentos claves antes de la votación.
Big data y su capacidad de procesar ingentes cantidades de datos, permite hallar respuestas, descubrir información desconocida, vaticinar resultados y tomar decisiones acertadas, pero existe un hándicap: el ser humano es impredecible.
La medición de los resultados debe tener en cuenta otros aspectos relevantes y que tienen que ver con el contexto social y lo que está ocurriendo, información de actualidad, inputs que pueden alterar una primera intención.
Porque las personas son variables, influenciables, existen impulsos, corazonadas, sentimientos, aspectos todos ellos muy difíciles de medir.
La mejor información no es aquella que se fundamenta en la cantidad de datos, sino la que aglutina más variables, la que más próxima se encuentra a la realidad que mide. Correlaciones de datos significativas pueden ser fallidas sino se considera el entorno y el comportamiento social.
Está garantizado el éxito de la aplicación de herramientas de Big Data en la medida en que contempla menor número de variables relacionadas con la información social.
La capacidad predictiva del comportamiento de las personas, es el reto 5.0.

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